He vuelto a leer Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez. Imágenes espléndidas, entrañable.
Un fragmento:
Los gorriones
¡Benditos pájaros, sin fiesta fija! Con la libre monotonía de lo nativo, de lo verdadero, nada, a no ser unadicha vaga, les dicen a ellos las campanas. Contentos, sin fatales obligaciones, sin esos olimpos ni esos avernos que extasían o que amedrentan a los pobres hombres esclavos , sin más moral que la suya, son mis hermanos, mis dulces hermanos.
Un fragmento:
Los gorriones
¡Benditos pájaros, sin fiesta fija! Con la libre monotonía de lo nativo, de lo verdadero, nada, a no ser unadicha vaga, les dicen a ellos las campanas. Contentos, sin fatales obligaciones, sin esos olimpos ni esos avernos que extasían o que amedrentan a los pobres hombres esclavos , sin más moral que la suya, son mis hermanos, mis dulces hermanos.
Y otro
Nostalgia
Platero, tú nos ves, ¿verdad?
¿Verdad que ves cómo se ríe en paz, clara y fría, el agua de la noria del huerto; cuál vuelan , en la luz última, las afanosas abejas, en torno del romero verde y malva, rosa y oro por el sol que aún enciende la colina?
Platero, tú nos ves , ¿verdad?
Bonita presentación infantil :
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