Pinker en este pequeño libro habla sobre las diferentes maneras de interpretar la capacidad humana de razonar y conocer.
Contrapone
la teoría clásica que no vincula esa capacidad con una base biológica
con una idea presente hoy que defiende que esa capacidad debe
relacionarse con un fundamento biològico. Según él hay varias
orientaciones científicas que defienden esta última opción : la
psicología evolutiva, la psicología genética, la filosofía de la mente i
la neurociencia. Todas ellas afirman la existencia de una "naturaleza
humana", que sería, precisamente, la base biológica que hace posible la
capacidad intelectual humana.
La
existencia de esta naturaleza humana ha sido muy discutida desde otras
opciones intelectuales, tanto relacionadas con opciones de derechas como
de izquierdas. Las razones serían por ejemplo, que si existe una
naturaleza humana compartida deberíamos aceptar que por naturaleza
seríamos diferentes o que habría diferencias biológicas entre etnias o
entre hombre y mujer y todo ello podría justificar situaciones de
inferioridad social o política.
Los
que critican la defensa de la existencia de la naturaleza humana
defienden la idea de la tabla rasa y del buen salvaje : no se puede
aceptar que halla una biología que nos determina, si fuera así no
quedaría espacio para la perfectibilidad humana. Según esta opción la
feminidad y la masculinidad, por ejemplo, son totalmente consecuencia
del proceso de socialización. Según ellos la moral no tendría sentido
porque la libertad humana no existiría.
Pinker
rechaza estos argumentos : que exista la naturaleza humana no significa
que todo en el individuo esté totalmente determinado porque el ambient,
la sociedad, es un segundo factor que acabará de formar al individuo.
Queda por tant un espacio para la libertad y la moral.
Con
la expresión "fantasma de la máquina" Pinker se refiere a la
concepción que interpreta la mente humana como si fuera una entidad
autònoma, no vinculada a una base biológica.
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